Sunday, March 23, 2025

CURP K9

 Todos los días al caminar por el vecindario me encuentro con perros a mi alrededor, me parecen animales fascinantes y hermosos, la mayoría vive en un estado de cuasi ilegalidad y el nivel de respeto y amor que reciben llega a ser proporcional al tipo de vínculo que mantienen con los seres humanos. Encuentro algunos paralelismos entre los perros y nosotros los habitantes de la ciudad, después de todo compartimos la gran jaula. Llego a sentir más pena por el perro de patio que por el callejero, este último posee más libertad que el primero y siento más empatía por el perro callejero que por el humano vagabundo. No es que el perro callejero viva en un lecho de rosas, este se encuentra expuesto a peligros constantes, violencia y agravios por parte de los seres humanos y sus máquinas. Los caminos de la urbe solo respetan y dan preferencia al vehículo motorizado, los demás tenemos que adaptarnos al frenesí vial, sin embargo, el ser humano puede tomar como referencia los señalamientos viales (no todos claro está),  también podemos interpretar infraestructuras desde nuestro punto de vista más elevado lo cual nos permite movernos con más seguridad en el zoológico humano. Desde su visión más cercana al nivel del suelo el perro callejero batalla diariamente para no ser atropellado o lastimado, muchas veces perdiendo la batalla en medio de la urbe sin nadie que le importe su cadáver a media calle, el mayor respeto sepulcral al que puede acceder es un poco de cal sobre su cuerpo inerte y el comentario para consagrar su eterno reposo versa más o menos así: "para que no huela a perro muerto". Lentamente los elementos irán reclamando su carne hasta dejar solamente los huesos orillados en un baldío o banqueta (esas fueron mis primeras lecciones de arqueo zoología cuando era niño).

El perro domestico se enfrenta a estos mismos desafíos solamente cuando  escapa del yugo de la correa/cadena o de la prisión del patio y la casa, a decir verdad, se enfrenta a esta situación con una gran desventaja ya que desconoce sus alrededores a diferencia del perro callejero. La comodidad de ser perro domestico no viene libre de dificultades, éste se enfrenta a la constante ridiculización de sus amos, al capricho de sus horarios y memoria para que pueda tener su comida, recreación, esparcimiento y prácticamente cualquier cosa necesaria para el animal. No es que romantice la vida en la calle, solo me parece que un patio lleno de mi propia mierda y orina sería peor que vagar por la gran letrina que llamamos ciudad. No todos los perros domésticos tienen la suerte de caer en manos de un guardián, uno que comparta todo con el, que lo respete, que no lo ridiculice, que no lo mutile, lamentablemente no hay muchos de estos. La gran mayoría de perros domésticos quedan confinados a una terraza, un patio o pedazo de patio, amarrados por una cadena, cuerda o correa, no importa que esta tenga dibujitos, sigue sirviendo para los mismos propósitos esclavizantes. Sus ladridos no siempre son para cuidar la casa, puede que sean gritos de auxilio, de dolor y locura. Pienso que le hacemos eso a los perros para sentirnos por encima de ellos, para no ser el último eslabón de la cadena urbana, para expiar nuestros deseos de poder sobre otro ser. Algunos les llaman animales de compañía, en lo personal pienso que es bastante estúpido buscar compañía de otro ser cuando ni siquiera disfrutamos de nuestra propia compañía, nos enajenamos de distintas formas y buscamos el escape de nuestro interior a toda costa pero creemos que aprisionar un animal será la solución (tampoco le podríamos llamar compañero de celda, el perro no es nuestro igual en este entorno urbano). 

Por lo general se apela al vínculo ancestral entre lobos y humanos para justificar la relación que sostenemos con los perros pero siendo honestos las condiciones ya no son las mismas, es necesario re definir la relación para no caer en absurdos romanticismos que justifiquen nuestra crueldad hacia estos bellos animales. Ya no cazamos con los perros, ya no es necesario que cuiden la propiedad privada (sino para que sirve el mugroso Estado de Derecho), tampoco tenemos un vínculo de cooperación con  base a una vida nómada (¿podríamos exceptuar a los vagabundos rodeados de perros que rondan en la ciudad y sus alrededores?). Ahora cabe preguntar ¿qué tipo de vinculo tenemos con el perro para poder definir la relación con éste? Si nos basamos en la correspondencia con los hechos diríamos que el vínculo que sostenemos con los perros es de tipo instrumental, en otras palabras los utilizamos para algo. La comunidad vegana estará de acuerdo con esta afirmación y agregarían que también instrumentalizamos al resto de los animales que se cruzan en el camino del ser humano, sin embargo, a diferencia de los pollos, vacas, cerdos, caballos y un gran etcétera, los perros se encuentran a un lado de nosotros en el entorno urbano. Los rastros y grandes lugares de tortura donde se ejecutan diariamente cientos de otros animales quedan inaccesibles a nosotros pero el perro está ahí lado, en el patio, en la terraza, en una esquina confinado, vagando por las calles en estado famélico; por lo tanto pienso que nuestra insensibilidad es aún mayor hacía estos seres. Constantemente la comunidad vegana se infiltra a los centros de tortura animales para exponer la realidad detrás de nuestro sistema de alimentación, una especie de terapia de choque grabada en vídeo. Hay personas que después de ver estos contenidos audiovisuales deciden volverse veganos o evitan consumir productos de origen animal en la medida de lo posible, ya no ven de la misma forma el pasillo de carnes en el supermercado ni los puestos de tacos, otra realidad les ha sido develada a través de estas grabaciones. En el caso de los perros nada está oculto, la indiferencia es aún mayor dado que el sufrimiento y miseria son evidentes a los ojos de los ciudadanos, la terapia de choque deja de funcionar en este punto. 

Entre las variedades de perros que habitan la ciudad existen los que son utilizados por el poder coercitivo del Estado, los llamados perros policías. El nombre no me agrada en lo absoluto, se me hace de tipo difamatorio, empero, entiendo la importancia de estos nobles animales en las labores de búsqueda y rescate. Además de estas importantes acciones estos perros tienen como tarea el cuidar a los oficiales de policía. Podríamos decir que la antítesis del perro policía es el Negro mata pacos o los llamados "riot dogs". Una diferencia interesante entre estos dos tipos de perro de la urbe yace en las personas a las que protegen, el primero al poder coercitivo del Estado y sus representantes uniformados, el segundo a los manifestantes durante protestas. En el K9 las capacidades de pastorear y cazar son modificadas a través del condicionamiento para que este perro realice todas las tareas que el oficial de policía le indica. Los riot dogs son perros callejeros que al parecer por propia voluntad acompañan y en ocasiones defienden a los manifestantes, generalmente los más agredidos y violentados dado que son superados en armamento por parte de la policía. Ambos perros están presentes en las manifestaciones, unos porque la calle es el entorno donde viven, los otros porque son llevados ahí por la policía para ser utilizados como contención y arma. Unos son sensibles a la desgracia de los manifestantes, los otros indiferentes debido al severo condicionamiento que atravesaron. 

Aquí podríamos dibujar una clase de paralelismo entre los perros y los humanos, en la indiferencia y en la participación activa ante la violencia del Estado. Aquel civil que ve la manifestación desde su auto permanece indiferente y molesto ante los manifestantes, como si su condicionamiento lo cegara de la desigualdad, violencia y represión del Estado hacia sus congéneres. El manifestante de a pie rara vez cuenta con el apoyo y empatía de los que va encontrando en la calle, aquellos que se quedaron a trabajar, que si cumplieron con el horario y fueron "responsables" en su trabajo. ¿Qué clase de condicionamiento atravesaron estas personas? cual sea éste es uno que insensibiliza y tiene un efecto paralizante ante la desigualdad social. ¿será este mismo condicionamiento el que insensibiliza ante la desgraciada vida de los perros en la ciudad? La correlación suena arbitraria pero ¿no lo es también la revisión de rutina que diariamente aplica la policía? Nuestros bellos amigos perrunos no tienen elección, son reclutados por la policía, pasan de ser pastores a ser K9; el civil promedio tiene cierto grado de elección aunque también es reclutado por distintas instituciones de toda clase. Hay espacio para decidir, aunque la decisión no sea fácil, por un lado la vida alienada fuera de las instituciones, por el otro el CURP y la obediencia civil. 







Saturday, March 8, 2025

Seeing things straight: before Adam.

 The scientist aims to look at things in the way they really are, they aspire to just look at the objective reality. I do like science but I can not share this kind of vision. As soon as we name something or someone we create a mental label and this one will filter everything related to that someone or something. Because of the linguistic charged we will attached certain features or characteristics to what we are trying to "objectively" look at. Outside the laboratory and the scientific context there is more than just an objective reality: we fall in love, we do and defend irrational things and sometimes these things are the most precious to us, like friendship. When we name someone as a friend we are attaching a whole list of characteristics to this individual, these characteristics are related to the person's behavior, culture, age, ocupation etc, but aslo this list is related to our friendship definition. 

No matter how simple we think an individual is, no one is that simple. Some characteristics, a mental list, some concepts will not capture the complexity of any human being, those things will be only approximations so we can understand that complex being. I also believe that it's absurd trying to get rid of those lists, that is not my point, what I am trying to highlight is the fact that our perception gets distort by them. Some religions, cults or spiritual paths assert that they have the right set of characteristics so we can look at any human in the right way, but I believe that's also very presumptuous. The question goes into a different direction, given that I do not accept any particular list as "the one" everything comes down to how do I want to feel about that person, thing or whatever stuff I want to name and attached characteristics to it. 

Do I feel grattitude when I call someone my mentor or friend? Do I attached loyalty and honesty when I call someone my girlfriend or wife? Is it actually possible to choose how I feel depending on the words that I use to name people, relationships and things? Some people believe that philosophy helps us with this because it studies concepts, their creation, the social implications, their historicity and relations to other concepts. I think this could be tricky, we might go back to the same spot we were trying to avoid a few lines back using a different door : having the right list of concepts. I think philosophy gives us the freedom to choose from a wider variety, the freedom to choose that pair of glasses that we will use to judge, evaluate and attached meaning to things, relationships and people. There is one more trap: the universal relativism. If everything that matters is how I want to feel about something or someone then the set of concepts that I choose is relative to that. I don't think that's the case either. Some concepts can make us feel lonely, isolated, alienated, deppresed etc. If we accept as a common agreement that we all persuit our wellbeing then all those concepts taking us into those difficult scenarios will be discarded. 

There most be some kind of biological footprints so we can have some orientation about which concepts will do the job of keeping our wellbeing. I agree with Jack London in "Before Adan" when he chooses "playing" as one of this primigenial concepts related to our wellbeing; no matter how ancient and primitive the characters were in the book, playing was involved in the definition of previous concepts like friendship and love. Nowadays there seems to be a tendency towards doing things in a ludic way, from the applications we use in our phone to pick up a ride, paying taxes, to our very own jobs. But what about people? Do we now behave in a playfull way? I believe that our behavior is rather cinic than playfull. Playing involves more than fun, entertainment or simple ways of doing or behaving. First of all it requires time, something that we do not have a lot nowadays. Playing with people does not mean being mean with them, cheating or lying to each other. It means choosing to spend time with someone for non productive purposes. It is about letting your guard down and being open with someone, knowing that this other individual will not hurt you in any purposeful way. It is about trusting the other when it looks irrational to do so because you'll get no real production out of it. 


CURP K9

 Todos los días al caminar por el vecindario me encuentro con perros a mi alrededor, me parecen animales fascinantes y hermosos, la mayoría ...